domingo, 18 de enero de 2015

Whiplash

!Qué principio de año¡ Whiplash, una película que te hará sudar, tensionarte, luchar, sentirte pegado a la butaca como si fueras el protagonista de la película sentado en su taburete. Una delicia para los cinco sentidos, música a raudales (yo no soy ningún amante del jazz, pero nunca me sonó mejor), actuaciones de vértigo, una pelicula que se ha de convertir en un clásico instantáneo. Se que escribo en caliente, recién salido del cine, pero no creo que el tiempo me haga cambiar de opinión de esta gran película.
Damien Chazelle es su director. Aquel que en 2013, presentó al festival de Sundance un corto, que impresionó, y que ahora ha convertido en un estupendo largo, donde Andrew, es un joven batería de jazz que estudia en el conservatorio de Shaffer. Dicho conservatorio, es el mejor del país en cuanto a bandas de jazz, y Andrew quiere ser el mejor. Allí tendrá como profesor exigente director de banda que hará que saque lo peor y lo mejor de él.

La música, las imágenes, los solos de batería, los personajes, los actores, todo en perfecta sintonía gracias a las manos de Chazelle, el cual también escribe el guión. Las imágenes y las escenas están cortadas con un perfecto montaje. Y los actores elegidos, dudo se podría haber hecho mejor.
J.K. Simmons esta apabullantemente bien, y comprendo el que haya ganado el Globo de Oro de esta pasada edición, y estoy seguro también ser hará con el Oscar. Pero es que su coprotagonista, no se queda atrás, Miles Teller, alucinante también el trabajo de este joven actor, pues no solo nos hace creernos que en realidad toca la batería de esa forma tan alucinante, sino que nos ofrece unos estupendos duelos interpretativos a ritmo de baqueta con Simmons. Solo por ellos dos, ya merece la pena ver la película.

La ambición, la búsqueda de la perfección, de los sueños por encima de todo, incluso de dejar de lado todo lo demás, desde familia, amigos o amores, en definitiva, una buena muestra de la pasión que podemos llegar a tener por nuestros sueños, y una buena muestra de lo bueno y también de lo malo que nos puede dar esa persecución.
Los megalómanos no se pueden perder esta cinta, pero lo amantes del cine tampoco, pues es puro cine. A mi como he dicho al principio, no me gusta el Jazz, pero aún suenan estupendamente en mi cabeza las geniales interpretaciones que se nos ofrecen en la cinta de lo que supongo son grandes clásicos de este genero musical.

Una película para no perderse, y que junto a Birdman, quizá ya tengamos dos serias ganadoras a mejores películas del año 2015 que acaba de empezar. Muy recomendable.

1 comentario:

satrian dijo...

Los dos actores están increibles, es una película muy dura, trepidante, oscura, te mantiene atento a la pantalla en todo momento, además a mí sí me gusta el jazz, con lo que redonda para mí.

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